15 de abril de 2010

Carta Abierta a los Obispos Católicos de Todo el Mundo.

Hace exactamente 3 años lamenté algunas de las decisiones ortodoxas de Joseph Ratzinger en su iniciante pontificado, previo convencimiento de que lo que requiere la iglesia que éste representa es Evolucionar y dar a sus fieles una Palabra mas abierta, sincera y relevadora. En mi Post "Novus Ordo Tridentino" del 18 de Marzo de 2007, manifiesto mi pesar a las decisiones retrógadas de Ratzinger... Hoy, Hans Küng, catedrático emérito de Teología Ecuménica en la Universidad de Tubinga (Alemania) y presidente de Global Ethic, hace un manifiesto extensivo y con un claro conocimiento de causa a través de los principales diarios del mundo, haciendo ver las oportunidades que ha perdido la Iglesia Católica en los últimos 5 años. Comparto en mi blog la carta de Hans Küng, considerandola justa, plausible y elocuente... aunque habrá quienes critiquen a Küng por simple intolerancia a la crítica.

Rod SG

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15 de Abril, 2010
Carta Abierta a los Obispos Católicos de Todo el Mundo.
por Hans Küng

Joseph Ratzinger, ahora Benedicto XVI, y yo fuimos entre 1962 1965 los dos teólogos más jóvenes del concilio. Ahora, ambos somos los más ancianos y los únicos que siguen plenamente en activo. Yo siempre he entendido también mi labor teológica como un servicio a la Iglesia. Por eso, preocupado por esta nuestra Iglesia, sumida en la crisis de confianza más profunda desde la Reforma, os dirijo una carta abierta en el quinto aniversario del acceso al pontificado de Benedicto XVI. No tengo otra posibilidad de llegar a vosotros.

Aprecié mucho que el papa Benedicto, al poco de su elección, me invitara a mí, su crítico, a una conversación de cuatro horas, que discurrió amistosamente. En aquel momento, eso me hizo concebir la esperanza de que Joseph Ratzinger, mi antiguo colega en la Universidad de Tubinga, encontrara a pesar de todo el camino hacia una mayor renovación de la Iglesia y el entendimiento ecuménico en el espíritu del Concilio Vaticano II.

Mis esperanzas, y las de tantos católicos y católicas comprometidos, desgraciadamente no se han cumplido, cosa que he hecho saber al papa Benedicto de diversas formas en nuestra correspondencia. Sin duda, ha cumplido concienzudamente sus cotidianas obligaciones papales y nos ha obsequiado con tres útiles encíclicas sobre la fe, la esperanza y el amor. Pero en lo tocante a los grandes desafíos de nuestro tiempo, su pontificado se presenta cada vez más como el de las oportunidades desperdiciadas, no como el de las ocasiones aprovechadas:

- Se ha desperdiciado la oportunidad de un entendimiento perdurable con los judíos: el Papa reintroduce la plegaria preconciliar en la que se pide por la iluminación de los judíos y readmite en la Iglesia a obispos cismáticos notoriamente antisemitas, impulsa la beatificación de Pío XII y sólo se toma en serio al judaísmo como raíz histórica del cristianismo, no como una comunidad de fe que perdura y que tiene un camino propio hacia la salvación. Los judíos de todo el mundo se han indignado con el predicador pontificio en la liturgia papal del Viernes Santo, en la que comparó las críticas al Papa con la persecución antisemita.

- Se ha desperdiciado la oportunidad de un diálogo en confianza con los musulmanes; es sintomático el discurso de Benedicto en Ratisbona, en el que, mal aconsejado, caricaturizó al islam como la religión de la violencia y la inhumanidad, atrayéndose así la duradera desconfianza de los musulmanes.

- Se ha desperdiciado la oportunidad de la reconciliación con los pueblos nativos colonizados de Latinoamérica: el Papa afirma con toda seriedad que estos "anhelaban" la religión de sus conquistadores europeos.

- Se ha desperdiciado la oportunidad de ayudar a los pueblos africanos en la lucha contra la superpoblación, aprobando los métodos anticonceptivos, y en la lucha contra el sida, admitiendo el uso de preservativos.

- Se ha desperdiciado la oportunidad de concluir la paz con las ciencias modernas: reconociendo inequívocamente la teoría de la evolución y aprobando de forma diferenciada nuevos ámbitos de investigación, como el de las células madre.

- Se ha desperdiciado la oportunidad de que también el Vaticano haga, finalmente, del espíritu del Concilio Vaticano II la brújula de la Iglesia católica, impulsando sus reformas.
Este último punto, estimados obispos, es especialmente grave. Una y otra vez, este Papa relativiza los textos conciliares y los interpreta de forma retrógrada contra el espíritu de los padres del concilio. Incluso se sitúa expresamente contra el concilio ecuménico, que según el derecho canónico representa la autoridad suprema de la Iglesia católica:

- Ha readmitido sin condiciones en la Iglesia a los obispos de la Hermandad Sacerdotal San Pío X, ordenados ilegalmente fuera de la Iglesia católica y que rechazan el concilio en aspectos centrales.

- Apoya con todos los medios la misa medieval tridentina y él mismo celebra ocasionalmente la eucaristía en latín y de espaldas a los fieles.

- No lleva a efecto el entendimiento con la Iglesia anglicana, firmado en documentos ecuménicos oficiales (ARCIC), sino que intenta atraer a la Iglesia católico-romana a sacerdotes anglicanos casados renunciando a aplicarles el voto de celibato.

- Ha reforzado los poderes eclesiales contrarios al concilio con el nombramiento de altos cargos anticonciliares (en la Secretaría de Estado y en la Congregación para la Liturgia, entre otros) y obispos reaccionarios en todo el mundo.

El Papa Benedicto XVI parece alejarse cada vez más de la gran mayoría del pueblo de la Iglesia, que de todas formas se ocupa cada vez menos de Roma y que, en el mejor de los casos, aún se identifica con su parroquia y sus obispos locales.

Sé que algunos de vosotros padecéis por el hecho de que el Papa se vea plenamente respaldado por la curia romana en su política anticonciliar. Esta intenta sofocar la crítica en el episcopado y en la Iglesia y desacreditar por todos los medios a los críticos. Con una renovada exhibición de pompa barroca y manifestaciones efectistas cara a los medios de comunicación, Roma trata de exhibir una Iglesia fuerte con un "representante de Cristo" absolutista, que reúne en su mano los poderes legislativo, ejecutivo y judicial. Sin embargo, la política de restauración de Benedicto ha fracasado. Todas sus apariciones públicas, viajes y documentos no son capaces de modificar en el sentido de la doctrina romana la postura de la mayoría de los católicos en cuestiones controvertidas, especialmente en materia de moral sexual. Ni siquiera los encuentros papales con la juventud, a los que asisten sobre todo agrupaciones conservadoras carismáticas, pueden frenar los abandonos de la Iglesia ni despertar más vocaciones sacerdotales.

Precisamente vosotros, como obispos, lo lamentaréis en lo más profundo: desde el concilio, decenas de miles de obispos han abandonado su vocación, sobre todo debido a la ley del celibato. La renovación sacerdotal, aunque también la de miembros de las órdenes, de hermanas y hermanos laicos, ha caído tanto cuantitativa como cualitativamente. La resignación y la frustración se extienden en el clero, precisamente entre los miembros más activos de la Iglesia. Muchos se sienten abandonados en sus necesidades y sufren por la Iglesia. Puede que ese sea el caso en muchas de vuestras diócesis: cada vez más iglesias, seminarios y parroquias vacíos. En algunos países, debido a la carencia de sacerdotes, se finge una reforma eclesial y las parroquias se refunden, a menudo en contra de su voluntad, constituyendo gigantescas "unidades pastorales" en las que los escasos sacerdotes están completamente desbordados.

Y ahora, a las muchas tendencias de crisis todavía se añaden escándalos que claman al cielo: sobre todo el abuso de miles de niños y jóvenes por clérigos -en Estados Unidos, Irlanda, Alemania y otros países- ligado todo ello a una crisis de liderazgo y confianza sin precedentes. No puede silenciarse que el sistema de ocultamiento puesto en vigor en todo el mundo ante los delitos sexuales de los clérigos fue dirigido por la Congregación para la Fe romana del cardenal Ratzinger (1981-2005), en la que ya bajo Juan Pablo II se recopilaron los casos bajo el más estricto secreto. Todavía el 18 de mayo de 2001, Ratzinger enviaba un escrito solemne sobre los delitos más graves (Epistula de delitos gravioribus) a todos los obispos. En ella, los casos de abusos se situaban bajo el secretum pontificium, cuya vulneración puede atraer severas penas canónicas. Con razón, pues, son muchos los que exigen al entonces prefecto y ahora Papa un mea culpa personal. Sin embargo, en Semana Santa ha perdido la ocasión de hacerlo. En vez de ello, el Domingo de Ramos movió al decano del colegio cardenalicio a levantar urbi et orbe testimonio de su inocencia.

Las consecuencias de todos estos escándalos para la reputación de la Iglesia católica son devastadoras. Esto es algo que también confirman ya dignatarios de alto rango. Innumerables curas y educadores de jóvenes sin tacha y sumamente comprometidos padecen bajo una sospecha general. Vosotros, estimados obispos, debéis plantearos la pregunta de cómo habrán de ser en el futuro las cosas en nuestra Iglesia y en vuestras diócesis. Sin embargo, no querría bosquejaros un programa de reforma; eso ya lo he hecho en repetidas ocasiones, antes y después del concilio. Sólo querría plantearos seis propuestas que, es mi convicción, serán respaldadas por millones de católicos que carecen de voz.

1. No callar: en vista de tantas y tan graves irregularidades, el silencio os hace cómplices. Allí donde consideréis que determinadas leyes, disposiciones y medidas son contraproducentes, deberíais, por el contrario, expresarlo con la mayor franqueza. ¡No enviéis a Roma declaraciones de sumisión, sino demandas de reforma!

2. Acometer reformas: en la Iglesia y en el episcopado son muchos los que se quejan de Roma, sin que ellos mismos hagan algo. Pero hoy, cuando en una diócesis o parroquia no se acude a misa, la labor pastoral es ineficaz, la apertura a las necesidades del mundo limitada, o la cooperación mínima, la culpa no puede descargarse sin más sobre Roma. Obispo, sacerdote o laico, todos y cada uno han de hacer algo para la renovación de la Iglesia en su ámbito vital, sea mayor o menor. Muchas grandes cosas en las parroquias y en la Iglesia entera se han puesto en marcha gracias a la iniciativa de individuos o de grupos pequeños. Como obispos, debéis apoyar y alentar tales iniciativas y atender, ahora mismo, las quejas justificadas de los fieles.

3. Actuar colegiadamente: tras un vivo debate y contra la sostenida oposición de la curia, el concilio decretó la colegialidad del Papa y los obispos en el sentido de los Hechos de los Apóstoles, donde Pedro tampoco actuaba sin el colegio apostólico. Sin embargo, en la época posconciliar los papas y la curia han ignorado esta decisión central del concilio. Desde que el papa Pablo VI, ya a los dos años del concilio, publicara una encíclica para la defensa de la discutida ley del celibato, volvió a ejercerse la doctrina y la política papal al antiguo estilo, no colegiado. Incluso hasta en la liturgia se presenta el Papa como autócrata, frente al que los obispos, de los que gusta rodearse, aparecen como comparsas sin voz ni voto. Por tanto, no deberíais, estimados obispos, actuar solo como individuos, sino en comunidad con los demás obispos, con los sacerdotes y con el pueblo de la Iglesia, hombres y mujeres.

4. La obediencia ilimitada sólo se debe a Dios: todos vosotros, en la solemne consagración episcopal, habéis prestado ante el Papa un voto de obediencia ilimitada. Pero sabéis igualmente que jamás se debe obediencia ilimitada a una autoridad humana, solo a Dios. Por tanto, vuestro voto no os impide decir la verdad sobre la actual crisis de la Iglesia, de vuestra diócesis y de vuestros países. ¡Siguiendo en todo el ejemplo del apóstol Pablo, que se enfrentó a Pedro y tuvo que "decirle en la cara que actuaba de forma condenable" (Gal 2, 11)! Una presión sobre las autoridades romanas en el espíritu de la hermandad cristiana puede ser legítima cuando estas no concuerden con el espíritu del Evangelio y su mensaje. La utilización del lenguaje vernáculo en la liturgia, la modificación de las disposiciones sobre los matrimonios mixtos, la afirmación de la tolerancia, la democracia, los derechos humanos, el entendimiento ecuménico y tantas otras cosas sólo se han alcanzado por la tenaz presión desde abajo.

5. Aspirar a soluciones regionales: es frecuente que el Vaticano haga oídos sordos a demandas justificadas del episcopado, de los sacerdotes y de los laicos. Con tanta mayor razón se debe aspirar a conseguir de forma inteligente soluciones regionales. Un problema especialmente espinoso, como sabéis, es la ley del celibato, proveniente de la Edad Media y que se está cuestionando con razón en todo el mundo precisamente en el contexto de los escándalos por abusos sexuales. Una modificación en contra de la voluntad de Roma parece prácticamente imposible. Sin embargo, esto no nos condena a la pasividad: un sacerdote que tras madura reflexión piense en casarse no tiene que renunciar automáticamente a su estado si el obispo y la comunidad le apoyan. Algunas conferencias episcopales podrían proceder con una solución regional, aunque sería mejor aspirar a una solución para la Iglesia en su conjunto. Por tanto:

6. Exigir un concilio: así como se requirió un concilio ecuménico para la realización de la reforma litúrgica, la libertad de religión, el ecumenismo y el diálogo interreligioso, lo mismo ocurre en cuanto a solucionar el problema de la reforma, que ha irrumpido ahora de forma dramática. El concilio reformista de Constanza en el siglo previo a la Reforma acordó la celebración de concilios cada cinco años, disposición que, sin embargo, burló la curia romana. Sin duda, esta hará ahora cuanto pueda para impedir un concilio del que debe temer una limitación de su poder. En todos vosotros está la responsabilidad de imponer un concilio o al menos un sínodo episcopal representativo.
La apelación que os dirijo en vista de esta Iglesia en crisis, estimados obispos, es que pongáis en la balanza la autoridad episcopal, revalorizada por el concilio. En esta situación de necesidad, los ojos del mundo están puestos en vosotros. Innúmeras personas han perdido la confianza en la Iglesia católica. Para recuperarla sólo valdrá abordar de forma franca y honrada los problemas y las reformas consecuentes. Os pido, con todo el respeto, que contribuyáis con lo que os corresponda, cuando sea posible en cooperación con el resto de los obispos; pero, si es necesario, también en solitario, con "valentía" apostólica (Hechos 4, 29-31). Dad a vuestros fieles signos de esperanza y aliento y a nuestra iglesia una perspectiva.

Os saluda, en la comunión de la fe cristiana, Hans Küng.

Traducción: Jesús Alborés Rey

1 de enero de 2010

Celebrando el Futuro.

Una vez más el mundo entero se detiene para contar de forma regresiva del 10 al 0 y gritar al unísono “feliz año” y celebrando así una cuenta más de nuestro amigo el Tiempo; o por lo menos, nuestra perspectiva de las cuentas del Tiempo… Es la celebración más grande en nuestra Tierra desde el punto de vista cultural y económico. Una celebración llena de buenos deseos, propósitos y promesas. Gastamos nuestro dinero en fuegos artificiales, alcohol, nicotina, ropas nuevas y regalos… ¿para qué? Tan solo para agregarle un numero más al año de nuestros relojes y calendarios.

Curiosamente, aunque el Tiempo no es otra cosa más que el invento del Hombre para medir la posición de los astros en el cielo (ver Relatividad del Tiempo), la humanidad entera lo utiliza para vivir de los recuerdos celebrando cada vez que los astros tienen la misma posición (aparentemente) eventos como el nacimiento, la muerte, una boda, revoluciones, independencias, descubrimientos, etc. En otras palabras, la humanidad espera a que la Tierra tenga la misma posición con respecto al Sol, para repetir una y otra vez los acontecimientos ya experimentados. ¿Y por qué? Porque el ser humano ha aprendido y está acostumbrado a vivir en el pasado, recordándolo y celebrándolo una y otra vez.

Debemos comprender que el Tiempo es el resultado de observar los Cielos para prepararnos a vivir mejor en la Tierra; es decir, prepararnos para sembrar, cosechar, esperar lluvias, sequías o crudos inviernos. Pero no para volver a vivir un evento vivido y basar nuestra vida en experiencias previas…

¿Por qué no celebrar HOY el 2015 ó el 2020, como fechas memorables en que la Humanidad se ha salvado de las grandes crisis económicas y catástrofes provocadas por el calentamiento global? ¿Por qué no celebrar HOY que México es un País libre de corrupción el 2012 y una potencia mundial el 2018? ¿Por qué no celebrar HOY que el Mudo es un lugar de Paz y Amor entre los Individuos y entre las Naciones? ¿Por qué no celebrar HOY lo que deseamos?

Vivimos celebrando año con año la Independencia que nos dio una Patria, recordando la esclavitud y la opresión de los Conquistadores. Vivimos celebrando la Revolución, recordando día con día gobernantes que solo velan por sus intereses… ¿Y cuál es el resultado? Que ni somos independientes ni hemos revolucionado nada.

Celebramos el paso de un año y por unos cuantos días, pensamos en nuestros deseos y nuestros propósitos para las próximas 52 semanas. Pedimos perdón por los errores del año viejo y prometemos una vez mas no cometerlos el año nuevo.

¿Por qué en lugar de hacer “propósitos” para los próximos 12 meses, no celebramos el haberlos conquistado? ¿Por qué en lugar de tener buenos deseos, no festejamos con nuestros familiares, amigos y hermanos los logros que cada uno de ellos va a obtener sin lugar a dudas?

Mi Amado Padre Celestial, gracias por permitirme a mí y a mis amados llegar al 2020 disfrutando de felicidad, amor y abundancia; gracias por una década plena de armonía, salud y bienestar; gracias por darme la capacidad de convertir todos mis deseos y mis intenciones en la más hermosa expresión de vida. Por todo lo que me permitirás transformar durante los próximos 10 años, HOY te doy las gracias.


Rod SG

18 de octubre de 2009

Déjalo Ir.

Gran parte de las discordias entre personas, sociedades y naciones, son consecuencia de la Intolerancia a aceptar las diferencias; siendo ésta incapacidad de tolerar uno de los resultados de la manifestación de egoísmo. El “Yo estoy Bien” y “Tu estas Mal” cotidiano y trivial inhabilita nuestra capacidad de aprender de los demás y de ampliar nuestra consciencia a un nivel más amplio y generoso, en el que otras verdades puedan coexistir con las verdades que nosotros hemos adoptado como únicas.

La Física misma, siendo una ciencia ‘exacta’ ha descubierto y comprobado que en ocasiones dos teorías que aparentemente son opuestas, se complementan una a la otra creando una nueva visión de la realidad. Tal es el Principio de Complementariedad de Bohr, que explica que la Luz puede ser Onda y a la vez Partícula, lo cual siempre se había percibido como contradictorio.

Así pues, el mismo hecho o punto en discordia entre una o más personas, puede tener tantas explicaciones como Observadores, siendo todas ciertas y complementarias entre si. Resultando todas tan solo un conjunto de electrones fluyendo en las diferentes redes neuronales de cada individuo... o bien, un pensamiento individual.

La fórmula más fácil para lograr la Complementariedad entre los distintos puntos de vista que pudiesen exponer diferentes entidades (personas, sociedades o naciones) es lo que en física cuántica se conoce como “Let it Go” (déjalo ir). Dejar ir nuestro pensamiento o nuestra verdad es fundamental para poder adoptar un pensamiento o verdad distinta. El resultado de esto, no es el cambiar una verdad por otra, sino entender “otras” posibilidades que amplían nuestro pensamiento o nuestra verdad. En otras palabras, es necesario para ampliar nuestra consciencia.

Tradiciones milenarias Egipcias, Sumerias, Esenias y posteriormente Cristianas, contaban con rituales que tenían como fundamento el “dejar ir” conocimientos previos, para dar cabida a conocimientos nuevos… en un proceso similar al de Volver a Nacer, sumergiéndose en agua y saliendo de ella simulando el salir del vientre materno.

Asi mismo, en el mundo de la física cuántica, existe un proceso de traslado de un estado de Probabilidades a un estado de Posibilidades, llamado “Unsquaring” ó Desenfoque. Es necesario dejar de visualizar lo que es “probable” desenfocando lo que pensamos que es “real” y descubriendo lo que es posible.

De este modo, además de ampliar su consciencia mediante el simple hecho de descubrir nuevas posibilidades, los individuos pueden aprender a despreocuparse al desprenderse de pensamientos agobiantes. Dejando ir preocupaciones estériles que tan solo afectan el estado consciente del individuo enfocado en situaciones de estrés y “desenfocándose” de sus pensamientos que lo afligen.

Déjalo ir y amplía tu Consciencia.


Rod SG

16 de julio de 2009

El Coche de mi Padre

Cada día de mi vida agradezco a Dios el haberme dado un padre ejemplar.

De él he aprendido muchas cosas. En algunas soy una réplica de sus modos y usanzas; aunque en otras decidí hacerlas de forma opuestas y así expresar mi vida de forma diferente. Aunque nunca he tenido mucha comunicación con él, y no es de las personas que expresan sus emociones, siempre he sabido que ama a su familia. Que goza y que sufre con ella; y que daría su vida por cada uno de sus hijos y sobre todo por mi madre.

Tan grande es el amor de mi padre, que crece y se expande hacia todas las cosas que él posee. Y asombrosamente, éstas le corresponden. Tal es el caso de su querido coche, un flamante Buick Regal modelo 1995.

Mi padre y su coche eran amigos y compañeros. Mi padre cuidaba del Regal y el coche a su vez cuidaba en su espaciosa cajuela algunas pertenencias también queridas por mi padre: sus arreos de Beis-Bol y sus cassetes de música para él entrañable.

Hace unos meses, mi padre enfermó de glaucoma y perdió considerablemente su vista. Su enfermedad causó que quienes lo amamos perdiéramos la estabilidad y enfrentáramos algunos desafíos. Mi madre enfermó y su querido coche también. Si, el Buick Regal de mi padre sufrió un corto circuito que quemó algunos de sus componentes vitales… y esto causado por la tristeza de que mi padre no podría mas conducirlo y cuidarlo.

El Buick Regal prefirió irse lejos, que ver a su viejo amigo en la imposibilidad de conducirlo. Sin embargo, antes de irse decidió darle un regalo a mi padre. Le entregó un cheque con el que mi padre podría ayudarse con los costos de sus atenciones médicas.

Tanto quería el Buick Regal a mi padre, que el día de ayer regresó a casa a saludar a papá y a entregarle las cosas que celosamente guardaba y custodiaba para él. Llegó conducido por un buen hombre con apellido igual al de mi padre. Ese Buick buscó un Sr. Salinas que lo condujera y lo quisiera igual que mi padre. Un Sr. Salinas que además conducirlo y cuidarlo igual que mi padre, pudiera pasar por su querido viejo amigo para llevarlo a pasear.

El amor de mi padre es correspondido por todos aquellos que lo conocen; y muy especialmente por ese Buick Regal modelo 1995.


Rod SG



20 de junio de 2009

Piensa y Se Te Dará

Hace casi dos mil años, el hombre que más ha afectado la historia de la humanidad, como lo describió Napoleón Bonaparte, ofreció enseñanzas que revolucionaron el entendimiento de la voluntad de Dios. Tan revolucionarias que asombraron a muchos, hicieron temblar a otros y enfurecieron a otros tantos.

Jesús, el hijo de Dios para los Cristianos, Avatar para los hindúes y maestro ascendido para los Yoguis, enseñó a la humanidad a través de aquellos que eligió para transmitir sus enseñanzas que Dios no es responsable por lo que tenemos y lo que no tenemos; es decir, le quita la voluntad al Padre de darnos o dejarnos de dar lo que necesitamos o deseamos, y nos regresa la responsabilid de ser los creadores de nuestra realidad.

¿Atrevido? Por supuesto! Los pueblos árabes tenían un entendimiento mucho muy distinto, que ha sido transmitido por generaciones hasta nuestros días. Una creencia en un Dios que da y quita a voluntad divina e incomprensible. Un Dios que decide lo que es bueno para cada persona para probar su fe o determinación en aceptar la voluntad celestial.

Jesús rompe con todos los preconceptos de un Dios que pone prueba tras prueba, para ofrecer a un Dios que simplemente es la fuente del Todo. Un Dios proveedor de cada uno de nuestros deseos, sin importar la naturaleza de los mismos.

Jesús enseña que debemos tener confianza en Dios como proveedor de todo cuanto deseamos. Dijo que si ordenamos a una montaña moverse de su lugar y echarse a la mar “sin vacilar” (sin dudar), la montaña obedecerá! Mc(11.23) Después Jesús explica lo anterior diciendo que cualquier cosa que pidamos en oración, debemos creer que ya nos ha sido dada, y entonces se nos concederá Mc(11.24)

Analizando estas enseñanzas, las conclusiones son inescapables. Jesús no dice haz tal o cual sacrificio para que el Padre te conceda lo que pides! Dice que tan solo creas que ya te ha sido dado. Y para poder creer que ya tenemos lo que deseamos, debemos hacer nacer un Pensamiento. Debemos pensar que ya estamos disfrutando de lo que deseamos, es decir, viajar al “pasado” y crear el evento donde obtuvimos lo que deseamos y después hacer nacer otro Pensamiento en el cual disfrutamos lo que ahora tenemos. Esto hará que el futuro “aparezca” como resultado de nuestra creación en el pensamiento.

¿Divino, mágico, inexplicable o simplemente científico? De cualquier forma que lo interpretemos, el resultado es el mismo: Dios no es responsable de lo que tenemos o lo que no tenemos. Dios tan solo es la fuente de todo lo que ES y de todo lo que EXISTE, y cada entidad encarnada toma de Dios lo que decide tomar. Desde abundancia, salud y felicidad, hasta desdicha, pobreza y enfermedad.

Somos lo que pensamos, tenemos lo que pensamos, creemos lo que pensamos. Esta es la verdad que nos hace libres!

La ciencia moderna logra, sin necesidad de dogmas o creencias, entender lo que sucede cuando un pensamiento es mantenido por períodos de tiempo considerables.

La física cuántica explica un pensamiento como un flujo de electrones entre las redes neuronales del cerebro, es decir, cantidades cuánticas de materia moviéndose a la velocidad de la Luz que logran liberar energía fuera del cerebro y afectar el campo cuántico de la realidad, reordenando la energía que le da forma al espacio. Esto trae consigo que la realidad, o la realidad que percibimos, cambie y se reordene en función de nuestros “deseos”, de nuestros pensamientos. Además, permite entender que nuestra mente no está confinada a nuestro cerebro, sino que se expande enredándose con la mente de las demás personas, incluso de las demás especies.

De forma paralela, la psicología moderna adopta nuevos entendimientos que concluyen en la existencia de campos mórficos de pensamiento. Estos campos no son otra cosa más que la mente de cada individuo como parte de un rompecabezas de la mente del total de la humanidad. Y más aún, del total del Universo. En otras palabras existe una sola mente extendida a lo largo y ancho del universo compuesta por todas las diferentes expresiones de consciencia incluyendo seres encarnados y no encarnados, animados e inanimados, terrícolas y alienígenas.

Esto explica la clarividencia, telepatía, canalización, espiritismo, angeología y demás cosas "paranormales", haciéndolas normales y entendibles... Pero esto es otro tema para otros Post.

Jesús dice que todo lo que anhelamos lo contemplemos en nuestras manos y ahí aparecerá. Toma de Dios lo que necesites con FE en que lo obtendrás.


Rod SG